Es difícil entender como funciona el baremo con el que trabajan los “creadores de mitos” del mundo del cine. James Dean está en la sopa, Natalie Wood, o Vivien Leigh...en el olvido. Es fácil comprar un poster de "El apartamento", e imposible de "Ser o no ser". Hay camisetas, tazas, posavasos de Humphrey Bogart. Y sin embargo hoy por hoy es casi milagroso encontrar una triste foto del actor que lo humilló, maltrató y mató en la pantalla hasta en tres ocasiones. El tipo más duro que creó Hollywood durante más de medio siglo, hasta el levantamiento del código Hays. El ganster, el ladrón, el enemigo público: James Cagney.

Cagney se encarga de Bogart en "la mejor secuencia final del cine negro", Scorsese dixit
Uno celebra esto aún más cuando descubre que Bogart era en realidad “un imbécil” según palabras de Billy Wilder, que sabría lo que decía pues trabajó con él en "Sabrina". También trabajó con Cagney, "Uno dos tres", y no habla precisamente mal: “Teníamos una escena larga, y yo decía: “vamos a necesitar dos días para rodarla” y él simplemente la hacía...¡a la primera!”
Cagney y el otro

John Travolta confesó en su día que decidió dedicarse al cine tras ver a Cagney cantar, bailar y actuar en Great Dance Routine. Una vez triunfó, su única obsesión durante las fiestas hollywoodienses fue la de conocer a su ídolo. Cuando así fue, Travolta le soltó tal retahíla de halagos que el entonces anciano y retirado Cagney...se echó a llorar.
Clint Eastwood, su mejor heredero, también decidió dedicarse al cine gracias a él (y sólo con esto ya valdría para hablar de su figura) y hasta Los Simpsons le rinden merecido homenaje pomelo mediante.
James Cagney. Modelo para Eastwood, Soprano o Bart Simpson
Eastwood, Soprano, Scorsese, Hollywood. Sus figuras y obras no serían las mismas sin la existencia, el trabajo, la mirada fría, sonrisa malévola y puño cargado... del hombre que mató a Humphrey Bogart.