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lunes, 11 de abril de 2011

El mundo (implacable) según Lumet

Al enterarme de la muerte de Sydney Lumet me vienen a la cabeza 4 de sus películas, que tal vez nunca destacaron por ser “una de Lumet” sino por tratarse simplemente de “una buena película”. Sólo cuando las juntamos todas y decimos “eran de Lumet” nos damos cuenta del importante legado cinematográfico de este director cuyo nombre no destacaba con luces de neón en el universo de Hollywood pero cuyas películas más destacadas fueron, siempre, una sorpresa.

Haciendo una retrospectiva mental sobre estas 4 películas (presentes todas en el libro "1001 películas que hay ver antes de morir", que conste) caigo en la cuenta de que, como bien apuntan en los diversos obituarios, su cine desprendía buenas dosis de denuncia social. Historias e imágenes contra el sistema judicial, policial, los medios de comunicación y la sociedad urbana en general. Pero Lumet no se quedaba ahí, sino que transmitía esto desde un punto de vista diferente, el mundo según Lumet, lo que a mi juicio transformaba sus obras en algo más que en meras denuncias sociales.
“El mundo según Lumet” es, como aquella canción de nuestra infancia, un mundo donde los policías son los malos, los atracadores son honrados, los jurados perspicaces y los presentadores de televisión dicen simple y llanamente la verdad (lo cuál no deja nunca de fascinarte si eres español).
"Serpico", alter ego de Lumet en la pantalla durante esa etapa combativa, es con seguridad su personaje más emblemático. Serpico. Uno de esos nombres ficticios que pare el cine y que acaban sirviendo de ejemplo para definir cierto tipo de comportamiento o actitud en un colega, como Rambo es el insensato atrevido o Conan el que hace gala de un poderoso físico. Al Pacino logró una de sus interpretaciones más memorables (y ya es decir) en la piel de este poli desaliñado cuya misión concuerda con ese “punto de vista” que parecía buscar siempre Lumet, ya que no es un poli infiltrado en una vulgar panda de matones, sino que su misión es limpiar la mierda que inunda el cuerpo, desde dentro.

Años 70. Ellas querían ser Annie Hall. Ellos, Serpico

"Doce hombres sin piedad", para un servidor su mejor película, también aborda la denuncia desde el otro punto de vista. Sólo así se explica que el héroe de una de juicios resulte ser un simple miembro del jurado (Henry Fonda) que no se resigna tan fácilmente a la verborrea del abogado y que lucha en un microcosmos de personalidades diversas con forma de sala de valoraciones por la presunta inocencia del acusado.
Cualquiera que haya visto "Doce hombres sin piedad" la situará a buen seguro entre sus favoritas del género judicial, como hará con "Serpico" en su lista de policiacas o con "Tarde de perros" para la de atracos. Porque son diferentes, porque están expuestas desde el lado contrario. Porque el jurado es listo, los polis son malos y el malo es muy bueno.

                                   "Doce hombres sin piedad", un clásico

"Network" fue su última gran obra y Lumet fue fiel a su estilo. Una película muy recomendable para todo aquel que se sienta bajo el yugo de un Gran hermano disfrazado de grupo de comunicación, y de nuevo un hombre contra el sistema que le rodea, contra sus colegas de trabajo y contra las normas establecidas, con un punto de vista diferente y con un final trágico e inevitable contra todo antihéroe que se pase de listo. Howard Beal, "el profeta loco", decidió decir verdades por la tele. Y eso se paga muy caro.
           El mundo (implacable), según Lumet. Indagando si el guión fue robado a mi padre


Tal vez Lumet también lo pagó muy caro. Fue nominado 5 veces a los Oscars y tuvo que dejar de mostrar “su punto de vista” para que le concedieran un honorífico muchos años después. Su vida no acabó tan trágicamente como la de muchos de sus personajes, pero el ostracismo puede ser un arma tan peligrosa como la que más. Murió muy lejos de su campo de acción, tras decir lo que pensaba y con un gran trabajo a sus espaldas. Hasta siempre, Serpico.


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1 comentario:

  1. Hola,

    no sé si conoces, también de Lumet, El príncipe de la ciudad (Prince of the city, 1981). Si no la has visto, yo no esperaría mucho más: grandiosa película. Si te gusta The wire (la serie de la HBO), y desde luego si te gusta Lumet, tanto como a mí, vas a gozar como nunca.

    Un saludo!!

    Germán

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