Entendí bastante tarde que Hollywood era una mentira. Fue la noche en que Russel Crowe ganó el Oscar por "Gladiator", dejando a Tom Hanks, que había conseguido que lloráramos al perder una pelota, aplaudiendo deportivamente en su butaca.
Después ví como compensaban a Clint Eastwood a base de estatuillas para "Million Dollar baby" por el atropello que supuso el olvidarse de "Mistic River". "Ciudad de Dios" nunca ganó nada, y a Scorsese le llovieron los premios por una de sus obras más flojas, y después de años de ostracismo.

Por tanto, habrá que pensar que la nueva baldosa de Sunset Bulevard se debe más a otro tipo de logros lejos de los puramente cinematográficos, como por ejemplo liarse con Tom Cruise, agarrarse el escote al grito de “Pedro!!” o formar parte de la última y costosísima (y por ello en urgente búsqueda de propaganda) superproducción de la industria, “Piratas del Cáribe y qué se yo en busca de qué”.
No este un tema que me indigne por tratarse de una actriz española (patria ante todo y felicidades, que conste) ni por tratarse siquiera de la mujer de Bardem. Pienso simplemente en Dennis Hopper, gran actor y sobre todo mítico director de una película pionera, "Easy rider", que plasmaría el fin de toda una era a base de novedosos recursos técnicos y fascinantes mensajes y simbolismos hasta entonces no vistos, y que tuvo que esperar a descontar sus días de vida para poder colocar su estrella.
Dennis Hopper y Easy Rider, tardíos y justos "ganadores" de la estrella
Pienso en Queen, cuya película ya está en marcha con Sacha Baron Cohen! en el papel de Freddie Mercury, y cuyos seguidores tuvieron que bombardear indignados a base de cartas para que se solventara la tropelía de su ausencia en el paseo, después de 40 años de éxitos y millones de discos vendidos. O pienso simple y llanamente en Madonna, sobran presentaciones, que según parece ni siquiera posee estrella. Inquietante.
Y para que conste que no es nada personal me atreveré a decir que si alguien de esa familia merece las 5 puntas en el suelo ese es sin duda su marido, nominado 3 veces a los Oscars, ganador de uno de ellos y protagonista de varias películas algo más serias que “Sahara” a las órdenes de Cohen, Iñarritu, Allen, Forman, Mann, Malick y otros directores de nivel.
Pero Tom Hanks se quedó sólo como Wilson mientras Crowe recibía flipado la estatuilla. Hitchcock no subió nunca al escenario del ahora Kodak Theatre y Pe recibe las pisadas anónimas con las que sueña Madonna. Tal vez simplemente la española vió más veces el final de "Pretty Woman": “esto es Hollywood, ¿cuál es tu sueño? Sigue soñando, porque Hollywood es el lugar donde los sueños se hacen realidad”. Va a ser verdad.Si te ha gustado este artículo, también te puede interesar:
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