Don Jon ***
La frase del día
La fotografía es realidad. El cine es realidad 24 veces por segundo
domingo, 3 de noviembre de 2013
viernes, 1 de noviembre de 2013
jueves, 3 de octubre de 2013
Breaking Bad, El Padrino de las series
A lo largo de los últimos días hemos leído en innumerables webs, periódicos, foros y blogs que Breaking Bad es, sin ninguna duda, la mejor serie de la Historia. De hecho, el final, que suele ser el “pero” al que los frikis quisquillosos recurren al hablar de la perfección o no de una serie (Los Soprano son el mejor ejemplo) podría en este caso no haber sido tan perfecto como ha sido, que a un servidor y a muchos más Breaking Bad nos seguiría pareciendo la indiscutible número uno.
“El
guión lo es todo”, decía Billy Wilder. Ahí dejó “El apartamento” para
corroborarlo. Y Breaking Bad ha firmado bajo esa sentencia. Las aventuras y
desventuras de Walter White no han contado con el reparto de Los Soprano, el
presupuesto de Boardwalk Empire, los culos y tetas de Juego de Tronos, la
rabiosa actualidad de Homeland, los decorados de Lost, las vísceras al aire de The walking dead o el atrezzo y la ambientación de Mad Men.
Los
hombres de Breaking Bad tan sólo ha contado la historia de un tipo
aparentemente normal, en un sitio aburrido, con una esposa fea y muy pocos
amigos dándole réplica. No han tirado de dinero, efectos especiales o tías
buenas para llamar la atención del espectador. Y sin embargo han convertido esa
historia ni más ni menos que en El Padrino, cuando parecía imposible que nadie,
jamás, osaría quitarle ese honor a Tony Soprano.
![]() |
W.W. Un tipo muy normal... |
Para
colmo, el guión de Breaking Bad no ha sido sólo bueno, sino “cada vez mejor”. A
cada capítulo el nivel subía un poco más, como el tanto por ciento de pureza de
la meta azul, hasta llegar al “10 absoluto” que tanto crítica como público han
decidido otorgarle.
Una unanimidad que también existe con respecto al
siempre peligroso final y que muy pocas obras a lo largo de la
historia han conseguido alcanzar: El Padrino, y poco más.Si te ha gustado esta noticia, tal vez te pueda interesar:
-El final de Los Soprano
-Finding Sugar Man
-Queen, un grupo de cine
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martes, 9 de julio de 2013
Finding Sugar man
Después de descubrir la película y de verla un
total de cuatro veces. Después de comprarme la banda sonora, y más tarde sus
dos míticos discos. Tras haber recomendado su increíble historia a varias
decenas de personas, -todas ellas eternamente agradecidas- y habiendo sido
parte y testigo del boca a boca más sonado de los últimos tiempos, solo quedaba
esto. No importaba que el concierto hubiera sido pospuesto, que tuviera lugar a
600 kilómetros de casa o que el precio fuera cuasiabusivo. "hay certezas
que sólo se presentan una vez en la vida", que dijo Robert Kincaid antes de
abandonar Madison County. Y esta era una de ellas: conocer a Sixto Rodriguez.
Escuchar, en directo, a Sugar man.
Sixto, -así le llamamos los groppies para sentirnos
sus amigos- salió puntualmente ayudado por su hija y confirmando que si no está
del todo ciego desde luego poco le falta. Estupor, nervios, comentarios...hasta
que Sixto encontró el micro. De ahí hasta el final, 70 minutos de pasión,
entrega total, humor, sinergia y sobre todo ello muy buena música; La suya.
Tras arrancar con un acertado guiño a su público
y sus raíces con La Malagueña, Climb up on my music y Only good for
conversation dejaron patente que este poeta maldito puede ser tan roquero como
el que más, encendiendo con ello a unos fans que ya no se apagarían hasta
después de que lo hicieran los focos. Tras ellas, un buen puñado de sus
canciones más celebres, aquellas que ponen banda sonora al mejor documental del
año: Crucify your mind, The establishment blues, I wonder, y por su puesto la ya
inmortal Sugar Man. Todas ellas tocadas con un ritmo muy especial, con ese
rasgueo de guitarra que define de forma inmediata las canciones del
Septuagenario de Detroit y que parecen salir del mismo punto al que llegan: el
alma.
La sinergia fue más allá, pues entre canción y
canción Rodriguez habló del amor, del odio -"un sentimiento demasiado complicado como para que lo gastemos en alguien que no merece la pena"
y recibió además una sorpresa inesperada; una canción, el happy birthday, en
recuerdo de los 71 años que cumplirá el 10 de julio.
A modo de agradecimiento, dos de sus canciones
más hermosas y sentidas: I think of you y Forget it. También cantó otras de
cosechas ajenas -Unchained melody, Fever- y el público las vivió con el mismo
fervor que las demás. Porque los groopies somos así. Si Sixto ordena, nosotros
obedecemos. Si no toca Lifestyle será por alguna razón de peso que sólo él
conoce, y si el concierto dura poco más de una hora entenderemos que es porque
ya debe descansar. Ahora bien, que no cuente con que cumplamos con la letra de
Forget it, porque olvidar una noche así sería tan imperdonable como no haber
encontrado, aún, a Sugar Man.
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lunes, 22 de abril de 2013
La Palabra del documental
Searching for Sugar man *****
¿Cómo hablar de una película de la que no hay que hablar? ¿Cómo presentar ante el que no lo ha visto el mejor documental del año, ganador del Oscar y llamado a ser un inmortal de este género, sin robar con las palabras la magia que se genera durante el visionado en sí?. Lo mejor es hacerlo en pocas palabras.
"La Palabra". Curiosa y casi inexplicablemente uno piensa en la “inmortal” obra de Dreyer durante "Searching for Sugar man". Ambas alejadas por un mundo, pero ambas unidas por algo. Y ambas de cuyas sinopsis, críticas, trailers, hay que huir. Uno ha de descubrirlas. Dicho lo cuál, ¿Por donde seguir, si no debo hacerlo?.
"Searching for sugar man" narra la triste historia de Sixto Rodríguez, del que nada más diremos. "Searching for Sugar man" es la reconstrucción de un fantasma, la búsqueda de un tesoro, el descubrimiento de algo muy grande. Es un documental en todo su significado. Un impresionante trabajo de documentación convertido en una montaña rusa de emociones con un sin fin de personajes involucrados en su funcionamiento. Y de paso es un vibrante viaje a la Sudáfrica del apartheid, una poesía visual sobre la triste ciudad de Detroit y una de las mejores bandas sonoras de los últimos tiempos, todo un regalo a los oídos. De parte de un tal Rodríguez. Sugar man.
"Searching for sugar man" es además un nuevo botón que muestra y demuestra que hoy por hoy el documental es uno de los mejores géneros -si no el mejor- de una industria que ya de por sí está perdiendo su guerra contra las series. El documental es el que más emociona, el que más sorprende, el que más enseña. Su palabra vale más que mil imágenes ficticias. Y llego tardíamente a esta conclusión cuando me percato de que muchas de las mejores películas que he visto en los últimos tiempos, ya sea en las salas o fuera de ellas, pertenecen a este marginado género: “Vals con Bashir", "The fog of War", "Man on Wire", "Sins of my father", "Inside Job", "Hearths of darkness", "Surfwise". "Searching for Sugar man".
Y pocas más palabras sobre una obra que te deja sin ellas. "Searching for sugar man", es, como "Ordet", lo inesperado. No hay nada más gratificante que lo inesperado. Entrar sin conocer a Rodríguez; salir y buscar sus discos. Buscar a Sugar man. Y hablarle a todo el mundo de él. Pero sin decir nada. Tan sólo instándoles a que se unan a la búsqueda. Merece la pena. Palabra.
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Sugarman
lunes, 18 de febrero de 2013
Brian se lleva la Palma
Hay películas que de malas
que son, son hasta divertidas, graciosas. Las carcajadas de toda la sala al
terminar la proyección de “Passion”, la última cinta de Brian de Palma, han sido
la muestra más clara de lo que venía pensando a lo largo del metraje: “esta es
la peor película que he visto en cine jamás”.
De Palma(?)
Desde luego, he visto grandes
bodrios en las salas. No hace mucho tuve la desgracia de ver “Por fin solos”,
llevado en volandas y pesar del sospechoso título por el nombre del realizador:
ni más ni menos que Lawrence Kasdan. Guionista de “Star wars”, guionista de “Indiana
Jones”, director de “Fuego en el cuerpo”. Con tal curriculum merecía que pagara
la entrada y le diera una oportunidad a esa comedia romántica protagonizada por
Diane Keaton y Kevin Kline. Sí, lo sé: debí seguir la lógica: Por fin solos, Diane
Keaton, Kevin Kline…truño. Kasdan me engañó, y mi odio al prejuicio ayudó a
caer en la trampa. Terrible.
También ví en pantalla grande
“Noviembre dulce”, protagonizada por Keanu Reeves –especialista en mierdas- y
Charlize Theron. Reconozco que esta la ví suponiendo que sería horrible, pero
alentado por la belleza de la sudafricana sumada a mis hormonas adolescentes. Fue
aún peor de lo que esperaba, y me costó superarlo.


Pero lo cierto es que estas dos películas son malas porque su género les impide ser buenas. No engañan, no pretenden ganar el Oscar ni convencer a la crítica. Solo entretener a parejas de enamorados, hacer algo de caja y después vender alguna copia en dvd, con suerte.
“Passion”, sin embargo,
pretende ser algo. Se atreve a presentarse como un intenso thriller erótico,
como un inquietante trabajo de estilo, incluso como una moderna obra de cine
negro. Pretende cautivar. Y ruboriza hasta límites insospechados. Uno se
avergüenza de que le vean viendo tal calaña, pero luego se da cuenta de que el
de al lado lo está pasando igual de mal, así que aguanta el tirón.
Ni siquiera diremos de que
va. Rachel MacAdams y Noomi Rapace en los peores papeles de sus vidas, jugando
a ser mujeres fatal mientras su director realiza una serie de movimientos de
cámara, giros de guión y añadidos musicales indignos de una de serie B y
totalmente inconcebibles para un tal Brian de Palma. Brian de Palma, oiga!.
Sí anda, bonita, tápate...
Es verdad que el director norteamericano,
creador de “Scarface”, “Los intocables de Elliot Ness”, “Misión imposible”, ya
había realizado sonoras bazofias a lo largo de su carrera que le fueron
alejando poco a poco de sus contemporáneos barbudos –Scorsese, Spielberg,
Coppola-. Pero es que “Passion” se lleva la Palma. Y uno no puede más que
preguntarse si es una cuestión de chocheo crónico, pasividad absoluta o
tomadura de pelo, en cuyo caso bastaría con haber avisado y nos hubiéramos
reído aún más.
Decía Woody Allen en la
inolvidable última secuencia de “Un final made in Hollywood” aquello de
“gracias a Dios existen los franceses”, después de que la crítica de este país
hubiera puesto por las nubes una película que en realidad era obra de un
ciego. Pues bien, “ni siquiera” los
franceses podrán salvar de la merecidísima quema a la que será sometida “Passion”
y sé de lo que hablo porque estas risotadas con las que he arrancado el post se
produjeron precisamente en este país.
Por lo menos el trailer es corto...
Los que jugamos a ser
críticos –directores frustrados, cierto- sentimos cierto reparo al poner a
parir una cinta por la sencilla razón de que un simple “¿acaso tú la harías
mejor?” bastaría como demoledora réplica. Pero es que en este caso…en fin, no
lo diremos. Pero vaya si lo pienso. Bastaría con no tirar de pretenciosidad
para evitar la pasión por la que nos hace pasar este thriller de misterio cuyo
único misterio que deja en la mente del sufrido espectador es el de quién es
ese hombre que se hace pasar por Brian de Palma.
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lunes, 21 de enero de 2013
Un domingo en Lyon
5:00 Am. Me
despierto. Creo que es el primer domingo de mi vida que me levanto a esta hora.
De hecho, no sabía que existiera esta hora los domingos. En fin, debo darme
prisa porque entro a las 7 y el curro está a tomar por culo. Es importante
abrigarse. Hoy es el famoso domingo que vienen anunciando toda la semana: el de
los 8 bajo cero. Me planteo seriamente si ponerme los leggins debajo del
pantalón. Mejor no, voy a ir rápido del metro al bus y del bus al trabajo, y
luego tendré que estar con ellos todo el día puestos. Que agobio, quita quita.
No tengo dinero. Virgi me da 20 euros para comer y esas
cosas. “Procura no gastártelo todo, anda”.
Descuida, con 5 euros voy que chuto.
5:30. Salgo. Coooo-ño. ¡Que frío joder!. Voy cagando leches
al metro, que tarda un poco más de lo común. Y entonces me doy cuenta: es
domingo, los metros vienen de poco en poco y los autobuses…de mucho en
mucho. A ver si tengo suerte y cojo el
bus a tiempo. He salido una hora y media antes, tengo que llegar, no jodas.
5:50. Salgo del metro, troto hasta la parada del bus. No
está, por supuesto. Seguramente llegue a las 6. Miro en la complicada tabla de
horarios de la marquesina. Mierda. Mierda, joder. A las 7. La jodimos.
Cientos de pensamientos empiezan a rondar por mi congelada
cabeza: ¿puedo llegar de otra manera?. No. Puedo llegar tarde? Ni de coña. Y si
voy andando? Probablemente muera…
6:00. No todo está perdido. Tengo el número del tele taxi!.
“Oui, bonjour, je voudrais un taxi…je suis a Gorge de loup..”. “deux minutes,
Monsieur, bonjour”.
Bien joder. Es una pasta pero no hay otra solución. En dos
minutitos estoy dentro un taxi y en 20 en el trabajo, ya verás. Menos mal,
porque empiezan a dolerme los pies…
6:20. Tal vez entendí 2 pero me dijo 20…no joder, me dijo 2,
maldita gilipollas. Vuelvo a llamar. “Oui, s’il vous plait….je veu un taxi,
pour gorge de loup… s’il vous plait..”
“deux minutes, Monsieur. Bonjour”, clink. Empiezo a sospechar que se trata de un constestador
y responde a todos lo mismo, ya estés en gorge de loup o en kuala Lumpur. Como
no venga en dos minutos me voy a cabrear de verdad…aunque no podré hacer nada,
porque para entonces habré perdido las piernas. Ay, los leggins…
6:25. Aparece un taxi. Mi corazón se inflama. Se acerca
hacia donde estoy y se baja la ventanilla. Un hombre saca la cabeza y me
pregunta “es que vous bagabá bagabú?”. Como no he entendido nada le digo que
oui, que sí claro, que soy yo el que he pedido el taxi. El hombre baja la
ventanilla…y se va. ¿Pero que coño es esto?. ¿Qué me ha preguntado? ¿Que si soy
un terrorista?. ¿Qué está pasando aquí??? Tengo frio joder, tengo frio!!!!
6:30. A cada minuto que pasa pienso más y más en el pobre
Nando Parrado. En serio, como lo hizo?. Y como él me planteo seriamente el comerme a alguien. A un taxista,
concretamente. Con dificultad vuelvo a marcar el numero del teletaxi. Dios,
hace tanto frio…
“A ver, c’est la troisieme foi que je demandé un taxi a
gorge de loup, y es que ya vale”. “un minute Monsieur, bonjour”, clink. Bueno,
por lo menos ya se que no es un contestador. Solo una hijadeputa.
6:31 Llega otro taxi. A ver este que me pregunta. No se
acerca a mí, si no a una chavala que, por supuesto, no ha madrugado si no que
vuelve de fiesta. No puedo creerme que me vaya a quitar el taxi.
Afortunadamente, veo como la chica dice no con la cabeza. Me acerco yo al
taxi…pero el taxista arranca!!!.
Suelto uno de esos gritos que se entienden lo mismo en
español que en francés: “Ieeeeeeéé!!!!”, acentuando la última “e” para que
suene más gabacho. Para. Me acerco…y vuelve a arrancar!!. “IEEEEEE!!!!” Esta
vez el grito me ha quedado más castizo. Para de nuevo, el muy gilipollas. Abro
la puerta y me meto dentro. El taxista sonríe, como si aquello tuviera la más
mínima gracia. “A Ecully grande ecolle, s’il vous plait. Y rapidito”.
6:35 la velocidad del taxi es inversamente proporcional a la
velocidad del taxímetro. El uno pisa huevos. El otro vuela. Pienso en las palabras de Virginia “procura nos
gastártelo todo, anda”. Vale Virgi, vale.
6:45 He llegado. He perdido una hora, 15 euros y
probablemente un par de dedos de los pies, pero he llegado. Mientras firmo en
la entrada compruebo en el papel que nadie ha llegado todavía. Sonrío
imaginándome como las estarán pasando para llegar.
Se abre la puerta tras de
mí. Vienen todos juntos. Se les ve sonrientes, alegres! Y no caen estalactitas
de sus narices. ¿qué cojones…?. “claro, es que venimos en la navette, que los
domingos por la mañana nos recoge en el hotel. No lo sabías?”. Pues mira, pues no, no lo sabía. El ruso se
lamenta, el portugués se rie. Un listillo el portugués. “No te preocupes”,
recalca el ruso, “con que lleves el ticket del viaje a recursos humanos ellos
te lo pagan”. Vaya. El ticket. Mierda.
7:00 Empieza la jornada de trabajo. Vamos a ver si nos
olvidamos de todo y empezamos con buen pie este domingo de mierda. Con que no
me toquen noticias de política me contentaré…
“a ver, team 7”, grita la jefa, “hoy comenzaremos con el
referéndum en Austria, y luego haremos las elecciones de Israel..”. Que bien,
que bien.
11:00 No he tenido tiempo para desayunar. La sangre ya ha
vuelto poco a poco a circular por mis venas, pero tengo hambre. No obstante,
prefiero no parar ahora y hacer con tiempo el video sobre los rehenes de In
amenas, porque es complicado y no quiero que me pille el toro.
11.10 Nos reunimos para ver el video de In Amenas. Las
informaciones no son claras. Parece que han bombardeado un convoy, pero no se
sabe quien ni por qué. Decido preguntar, pero en vez de convoy digo cowboy, así
que pregunto: “¿quién ha disparado al cowboy?”. Las carcajadas inundan la habitación.
Carcajadas francesas, alemanas, rusas, italianas. El portugués se pone a imitar a un cowboy
disparando y asciende como el rayo de listillo a capullo. La jefa responde:
“los indios, los indios!!”. Que bien, ya
van dos ridículos en una mañana.
12:00 grabo el video, con calma y como Dios manda mientras
otros pasean y miran el Facebook. Probablemente sea el mejor video que he hecho
hasta ahora. Ahora sí, toca descansar, aunque ya no hay desayunos y la comida
abre a la una..
12:50 Nuevos gritos de la jefa. “hay importantes novedades
desde In Amenas. Puede haber más muertos. Hay que refrescar el video con la
nueva información. Antes de la una!!”.
Todos escriben esta información en sus inacabados artículos y vuelan hacia las
cabinas. Yo tengo que retocar mi video. Voy a una cabina. Todas ocupadas. Las
12:55. Me estoy poniendo nervioso. Entraré en esa cabina en la que nunca entra
nadie..
12:57 está rota, funciona como el culo! La pantalla táctil
no responde, aunque tal vez sea porque ya no tengo carne en los dedos después
de lo de esta mañana…
las 12:58, el corazón me va a explotar. Menos mal que no he
desayunado para que esto no me pasara…
12:59 supongo que ahora mismo estarán jugando los Guannais. Ay, los guannais...concéntrate José, concéntrate. Te queda un minuto. Me siento como MacGiver.
13:00 El mejor video que había hecho hasta el momento ya está
eliminado. Ahora solo queda una mierda llena de incongruencias y fallos de
volumen. Salgo sudando de la cabina. Y el portugués sonríe…
13:05 la comida me cuesta 5 euros. Tal vez hice bien en no
desayunar. Lo siento Virgi.
17:20 Ha sido un día complicado. La tarde ha sido más
tranquila, así que he escuhado por youtube canciones de Jackes Brel, a ver si
se me pega el francés de una vez. “Ne me quitte pas" se me mete en la cabeza. Ya
no saldrá en toda la tarde. El caso es que nos dejan irnos antes de
tiempo. Bueno, quien sabe, quizás el
domingo acabe como Dios manda y hasta puedo hacer algo. Le comunico a Virginia
via Facebook que quedamos donde siempre antes de tiempo, a las 6:30. El ruso y
el portugués siguen por ahí. Chao, chao, chao. Capullo.
17:25 Estoy a medio camino entre el curro y el bus. Menudo
domingo llevo…domingo, domingo….mierda, el autobús. Cuando llegará? Cada
cuanto?. No joder, esta vez no. Decido ponerme a correr para que no me pase lo
típico.
Pero, un momento, ¿hace cuanto que no hago deporte? ¿y desde
cuando he empezado a fumar?. Siento que estoy muriéndome, pero por nada del
mundo quiero dejar de correr. Si el autobús se me va en las narices, entonces
ya sí, ya me dejo morir.
17:28 Ni rastro del famoso número 3. Miro la tabla. Vino a
las 5 y 20. Y vendrá a las 6 y 20.
Estupendo, es estupendo. Con el pulmón que me queda vuelvo despacito, cual taxi
lionés, al trabajo, a escuchar un par de veces más el “ne me quitte pas”
17:35 El ruso se extraña y se lamenta. El portugués se rie.
Pero será gilipollas.
18.10 Vuelvo a salir del trabajo. Estoy a mitad camino entre
la oficina y la parada. Justo a mitad. Y entonces caigo. Me he dejado la
carpeta. ¿vuelvo? Y una polla. Como pierda el bus me suicido. Ya la cogeré otro
día, total, no hay nada importante dentro.
18:20 el autobús no llega. Me cae un copo de nieve. Luego
otro.
18:21 Nunca, en todos los días de mi vida, había visto nevar
de esta manera. Los chavales y chavalas que esperan en la parada (por supuesto
sin marquesina) gritan y rien tan alucinados como yo ante la que está cayendo.
Seguro que ni Nando Parrado vió algo igual. El bus, claro, no llega.
18:30 no llega
18:35 …no llega…como cae, Dios mio
18:35 No solo podría haber ido a por la carpeta. Podría haber
ido, haber escuchado “ne me quitte pas”, haber plantado un pino y haber vuelto
a la parada. Caigo en que en la carpeta sí hay cosas importantes. Ni más ni
menos que todos mis pagos, hojas de gastos y el número de cuenta. “no gastes
todo”, me dijo Virgi…tranquila, ya lo hará otro por mí.
18:40 Viene el bus. Que sensación. Es tan bonito, es tan
grande, es…
18:40 El autobús pasa de largo.
18:40 Casi lloro
18:45 llega otro autobús. Los chavales y chavalas, que llevan
ya varios minutos haciendo autostop, se ponen en medio de la carretera. No van
a tolerar que ese bus también se vaya. No es necesario matar a nadie, el bus
para. Subo. Pero no es el 3!!
18:46 Le pregunto al conductor que si este bus me lleva a
Gorge de loup. Por supuesto. Por supuesto que no. “Eso es el 3. Este te lleva a
Perrache”. Esa es otra parada de metro, bastante más lejos de mi destino que
gorge de loup, pero no me voy a andar con detalles. Me vale.
18:50 El autobús no sale. Le toca descansar, al pobre. Miro
por la ventana con resignación como la nevada de todos los tiempos cae sobre
lyon. Y entonces veo pasar un lustroso, hermoso, veloz y vacío autobús por
delante de mis narices. Con el 3 a la espalda. Venga coño. Einstein tenía
razón: Dios no juega los dados; juega a los Sims. Y hoy se lo está pasando en
grande conmigo.
19:00 el bus, que por fin se ha puesto en marcha, se sitúa en
un semáforo justo detrás del puto número 3. ¿qué hago? ¿lo hago?. Perrache está
tan lejos…hagámoslo, que coño.
Le pido al autobusero que me abra, que voy a coger el 3.
“Estás seguro?”. La verdad es que no, pero dale.
19:01 Me bajo del 55 y llamo a la puerta del 3. Tras los
cristales, el típico gordo infame barbudo. En España sería militante de UGT. Ni
me mira. Vuelvo a llamar. Me mira, pero
no me abre. Que me abras, joder, s’il vous plait. ¡No me abre!!. Jackes Brel
taladra mi cabeza a toda velocidad: “Ne me quitte pas, ne me quitte pas, ne me
quitte pas…”. El semáforo se pone en verde. Y el gordo cabrón arranca. Tras él,
pegadito pegadito, el 55.
19:01 Me siento tannnn solo. Pienso en mis hermanos cantándome aquello de "tristón solo quiere un amiguito.." porque así es como me siento, como un perro abandonado.
19:01 Por mis huevos que yo cojo ese autobús. Me pongo a
correr como un energúmeno con el pulmón que me queda. No veo muy bien porque
voy sin gafas y sigue cayendo la de Dios, pero ya voy paralelo al autobús. Al
55. El 3 está aún muy por delante, como si al gordo cabrón le fuera la vida el
ponerse a 100. Me resbalo en un paso de cebra y casi me mato. Noto como los
chavales y chavalas del 55 disfrutan con el espectáculo.
El 3 ha parado. Ne me quitte pas, hijodeputá.
Consigo subir. El gordo cabrón se hace el sordo y ciego,
pero yo por fin saco provecho al hecho de que nadie me entienda para llamarle
gordo hijodeputa 3 o 4 veces. El militante de ugt por fin reacciona. Abre su
portezuela y sale. Es muy grande. Se me ponen de corbata. Pero pasa de largo.
Solo está cambiándose con otro, es el fin de su turno. Y me doy cuenta en ese
momento de que las cosas siempre pueden ir a peor.
19:30 He quedado con Virginia para cenar en un sushi. Mi
comida favorita, que bien. El metro está lleno de esquiadores sonrientes y
felices. Ha sido un buen domingo. A la salida un segurata me pide el carnet del
metro. Se lo doy pero no me deja pasar. Miro hacia abajo. Le he dado el DNI.
Hoy quiero hacer el ridículo ante todo el mundo, que pasa.
19:31 Virgi lleva una hora esperando bajo la nieve. “que ha
pasado? No me lo digas. Una de tus aventuras dignas de mail”. Pues mira, pues
sí. “No te preocupes, seguro que mañana lo ves todo de otra manera”.
Estoy convencido de ello, Virgi. Más que nada, porque he
perdido las gafas.
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