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lunes, 14 de marzo de 2011

¿Pero qué es esto?

Destino Oculto 

La pregunta que da título a esta crítica y que es mencionada en cierto momento de la película, provocando la hilaridad de buena parte de la sala bien podría valer también como resumen general de toda la cinta. Estaba convencido de usar esta expresión como título y resumen de “Destino oculto”, cuando mi hermana, sentada en la butaca de al lado, me sugirió a modo de pregunta retórica otro buen resumen: “vaya truño, no?”.


"Destino oculto" es una de esas películas que demuestran la teoría de los 10 minutos, en los que uno sabe si le toca disfrutar o sufrir en la sala. La primera secuencia es tan ridícula e inverosímil que se carga todo lo que pueda venir después, y sólo llevamos 5. ¿Pero qué es esto? Pues eso.

Probablemente lo mejor de la cinta de George Nolfi sea la cuidada puesta en escena y sobre todo la idea, original del mítico Philip K. Dick y con ciertas reminiscencias a "Cielo sobre Berlín" o "Matrix", con la salvedad de que estas sí logran dar solvencia y por tanto credibilidad a un argumento inicialmente “increíble”.


David Norris (Matt Damon, vaya racha la suya) es un prometedor político que descubre (y acepta como si nada), de la manera más hilarante, que una serie de “ángeles” controlan el destino del mundo entero, ayudando al hombre a tomar el buen camino, lo quiera o no. Lo que Wenders convirtió en una poesía en imágenes Nolfi lo transforma en una combinación explosiva, porque se hace añicos, de drama romántico (tomando además lo peor de este género: chico fascinado ante chica repelentemente fascinante) y ciencia ficción, basándose en el tramposo y siempre irritante “todo vale” heredado de "Perdidos" para explicar ciertas cosas de manera rápida y evitando así la inquietante y cuanto menos justa pregunta del espectador: ¿pero qué es esto?. Los malos sacan lo peor de la saga de "James Bond", dedicándose a contarle sin rubor alguno sus maléficos planes al protagonista, que se vuelve cansino de tanto cambiar de parecer y desquicia con ello a unos ángeles que comentan sus cosas por los pasillos del curro, cual funcionarios, con vestuario de los 50 con objetivo de apariencia peligrosa...vaya usted a saber.

                                                          Demostración de lo engañoso que puede ser un Trailer


Las escenas de acción no inquietan lo más mínimo, y da la permanente sensación de que los propios actores no se creen lo que están haciendo y hasta se avergüenzan de sus diálogos, metidos todos con calzador para tratar de darle sentido a la trama.
Para colmo la historia regala una especie de moraleja final entre lo filosófico y religioso, como si con ello convirtieran en una cinta seria lo que durante dos horas ha ido derivando en algo simplemente absurdo y aburrido. ¿Pero qué es esto?
Desde que Perea saltó al campo en el césped del Santiago Bernabéu no había vuelto a escuchar aplausos sarcásticos por parte del público. Uno podría dedicar cientos de líneas a las interminables incongruencias, chorradas y sin sentidos de “destino oculto”, pero lo mejor que se puede hacer con este derroche de dinero y tiempo perdido es olvidarlo. Ni siquiera el título es acertado, porque el destino de esta película es precisamente lo más visible y claro de este trabajo.

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