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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Con M de Mítica


Hablamos en el último post de las posibilidades existentes para los amantes del cine que no supongan necesariamente el elevado coste que trae consigo la subida del IVA, y mencionamos la interesante y barata oferta de la Filmoteca Nacional. Sin ir más lejos, solo este mes de Septiembre y por menos de 3 euros la película, podremos disfrutar de “Amarcord”, “El Mago deOz”, “La noche del cazador”, “Que verde era mi valle”...todas ellas fijas en la innumerables listas sobre las mejores cintas de la historia y todas ellas muy recomendables. Pero hay una que se me antoja aún más imprescindible, aunque sólo sea porque no es fácil conseguirla en DVD ni mucho menos verla en televisión, y que trata un tema tan tristemente candente estos días como es el secuestro y asesinato de niños. Estamos hablando de “M, el vampiro de Düsseldorf”.


Rodada en 1931, "M" bien podría ser una película moderna. Su argumento y su guión son pioneros en el género del thriller de asesinos en serie, pero es su atrevido e ingenioso montaje lo que la convierte en una cinta adelantada a su tiempo, logrando encogernos el corazón sin necesidad alguna mostrar vísceras o cuchillos rasgando, único recurso con el que cuentan ya miles de directores para lograr impactar al espectador. El silbido de una melodía, un primer plano de un globo, de un plato vacío, de un reloj...y Fritz Lang te ha helado la sangre enseñándote de paso en que consiste el Cine.

Fritz Lang

Es difícil decir si se trata de la mejor película de este mítico director. Se trata del hombre que sentó las bases del expresionismo alemán –"Doctor Mabuse"- y la ciencia ficción en el séptimo arte –"Metrópolis"- o el autor de varias de las mejores cintas de cine negro –"Los sobornados", "Perversidad", "La mujer del cuadro"-. Uno de los muchos directores europeos a los que Los Estados Unidos deben tanto, capaz de decir “no” a la dirección de los estudios cinematográficos nazis y de criticar –precisamente con "M"- a una sociedad en crisis de identidad como era la alemana de los años 20 y que acabó derivando en lo que ya todos sabemos.







“M” supone también la primera de las muchas y brillantes actuaciones de Peter Lorre encarnando a un personaje imposible de olvidar, verdugo y víctima, lobo y cordero de una historia cuya esencia y moraleja tienen lugar en la atenazadora y sofocante secuencia final que da mucho que pensar y que podremos disfrutar este Viernes y Sábado en el Cine Doré de Madrid a las 22.30 y 20:00 respectivamente. 


“M”, Fritz Lang, Peter Lorre, pantalla grande. Por algo así sí que paga uno diez euros. Y sólo serán 2. Me sobran otros 8 para ver las otras 4 y echar por tierra mis planes de ahorro. “No puedo evitarlo”, que diría el vampiro.




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jueves, 6 de septiembre de 2012

Always look on the bright...


Se acaba el verano, vuelvo a Madrid, y empiezo una nueva e incierta temporada con tres noticias cinematográficas que me aturden y entristecen a cada cual más. La primera, la trágica muerte del infravalorado Tony Scott, de la que me enteré tarde y del cuál ya hablamos en este blog todo lo bien que se merecía. Scott fue en verdad un pionero, uno de los grandes pilares del conocido como "cine ochentero", que no "de los 80". Sus innovadores recursos técnicos son parte de la historia del cine y varias de sus películas forman parte del
imaginario de toda una generación. Sí, siempre fue "el hermano de". Pero también el autor de “Top gun”. Recordémosle por eso. 

En segundo lugar, el cierre inesperado de los Cine Lido, sin lugar a dudas el conjunto de salas donde más películas he visto a lo largo de mi vida, y que, tras el adiós de los Cristal, deja irremediablemente huérfano de cines a la calle Bravo Murillo. Un golpe duro, pues los Lido tienen –tuvieron- mucho que ver con el amor que le profeso a este arte.
Mucho tendrá que ver el cierre del Lido con la tercera trágica noticia, que no es otra que la violenta subida del precio del cine, a todas luces una faena, un desastre, una gran putada que no hay por donde coger. Pero como esta nueva temporada me he propuesto, por la cuenta que me trae, ser más optimista y tratar de ver siempre el lado bueno de las cosas, he realizado un concienzudo trabajo mental para extraer conclusiones positivas de esta subida de precios. Y en verdad las hay.


                                          Hasta siempre, Lido. Y gracias!

Para empezar, iremos menos al cine y gastaremos menos. Eso no significa que veremos menos cine. Si lo que nos gusta es el cine, y no los estrenos, ni las palomitas ni todo lo que rodea a esta industria, sino el Cine en sí, podremos tirar de todas las películas que tenemos en casa, de las que “aún” se pueden bajar por internet o de las que echan por la tele sin necesidad de pagar casi 10 euros. Quiere esto decirse que seguiremos viendo cine a la vez que ahorraremos, que no es tontería en estos días.

Por supuesto, no es lo mismo una peli en casa que una en una sala. Pero buscaremos para ello otras alternativas más baratas y tan buenas o mejores a las que acostumbramos. Sin ir más lejos, este mes de Septiembre la cartelera de la Filmoteca Nacional está repleta de grandísimas películas, imprescindibles muchas de ellas para cualquier verdadero amante del séptimo arte. En versión original y en pantalla grande. ¿Precio? 2 euros. Y encima aprenderemos idiomas.  


Al ir menos al cine, además, seleccionaremos cuidadosamente lo que vemos y donde invertimos el dinero. Ya no nos meteremos en cualquier sala con tal de pasar el rato, sino que seremos escrupulosos a la hora de elegir, desechando toda obra de la que no estemos totalmente convencidos de su calidad. No más comedias románticas de pasatiempo ni thrillers de acción de “ver y olvidar”. Sólo visionaremos pelis buenas. O eso intentaremos.
"¿Sale Pitt? Yo no me la pierdo"


Irá menos gente al cine. Eso suena mal, pero...¿quién no ha deseado eso alguna vez?. ¿Quién no prefiere no tener al cabezón de turno delante o al ruidoso de rigor al lado?. Además, y esto es lo más importante, irán a ver la película los que “de verdad” quieran ver la película. Adiós a los gañanes que van a la sala a tirarse palomitas, a hacer risitas o cosas peores –o mejores- y a aquellos que entran a ver “El árbol de la vida” porque sale Brad Pitt en el cartel. Todos ellos pensarán que hay cosas mejores que hacer con sus 10 euros y todos, ellos y nosotros, lo agradeceremos. Por fin, mucho tiempo después, al cine se irá a ver Cine.


                                                                                           
Por supuesto, y siendo serios, pensamos que no es bueno que las salas estén vacías pues eso daña al séptimo arte. O tal vez no. Tal vez, siendo igual de serios, lo que necesita el Cine es que la gente no vaya al cine. Tal vez eso obligue a la industria a ponerse las pilas, a dejar de hacer bazofias de usar y tirar y a gastar su dinero en obras que de verdad merezcan los 10 euros que habremos de pagar por verlas. Quizás esta subida de precios haga subir también la calidad de las películas. O quizás todo esto que escribo no tiene ningún sentido y la subida del precio del cine es, se mire por donde se mire, una mala noticia. Tan sólo pretendía, como los Monty Python, ver el lado bueno de algunas cosas. Porque lo de Tony Scott no hay por donde cogerlo. 


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