La frase del día

La fotografía es realidad. El cine es realidad 24 veces por segundo

lunes, 24 de diciembre de 2012

Yellow Bricks, en busca de Oz


Cuando Rodrigo Faez, líder y cantante de Yellow bricks, salió al escenario con esas gafas de sol y esa cara de chulo digna de todo rockstar, decidió mencionar antes que nada los tiempos de La hacienda. El escaso pero entregado público congregado esa noche en Intruso Bar vitoreó esas palabras, pero no pareció comprenderlas. Normal. Difícil entender que esa rockstar estaba hablando del comienzo de una de sus películas favoritas, 24 hour party people, que narra cómo el creador de la histórica sala de Manchester fue uno de los pocos, poquísimos privilegiados en presenciar el primer concierto de un grupo llamado Sex Pistols. Enrevesado, sin duda, pero ese era el mensaje: “esta, como aquella, es una noche mítica”.
Enrevesado y engreído, así es Rodrigo Faez encima del escenario. No necesita emular a sus venerados Gallagher (estos lo son también fuera del escenario) porque él ya lo lleva dentro. Habla, toca y canta como el que sabe que lo hace bien, y eso le convierte en lo que ha de ser un estrella de rock. Eso, una estrella.
Con los primeros acordes de Let the people feel the rain ya sabes que algo está fallando. La sala es la que es, el grupo está presentando el disco. Pero aquello suena a rock veterano y curtido en mil conciertos. Y uno piensa en la melodía de Burning y la amolda a lo que está presenciando: “que hace una banda como tú en un sitio como este”?
La poderosa Look ahead, la atrayente Pretty excuses, la adictiva Take me, shake me... Ni siquiera los típicos fallos de sonido parecen poder parar tanta guitarra, tanta buena canción dispuesta a hacerse oir más allá de las paredes de esa ya diminuta sala y cargada de letras y melodías directas, amargas, contestatarias pero no quejicas y sobre todo pegadizas y brillantes.  

Presumen con razón de ser un grupo de rock y solo rock, pero como les pasa a todas las bandas de este estilo, son precisamente sus baladas sus obras maestras. The box y Steal the sun son dos canciones “indignas” de un grupo novel, y consiguen, como en la escena de la peli, que por un momento la gente deje de hacer el idiota para prestar verdadera atención a esos 4 novatos, e incluso que alguno se crea las soberbias palabras con las que ha arrancado el concierto. "¿Y si esta noche es mítica? Y si estoy en el primer concierto de un grupo que será realmente grande?".
Afortunadamente, y como Urquijo, los chicos de Yellow bricks se vuelven “vulgares” al bajar del escenario, y ponen en el suelo unos pies que sus groopies tienen en las nubes. En efecto, paso a paso. Baldosa a baldosa. Hasta encontrar la playa.

Yellow bricks habla de saltar muros, mirar hacia delante, escapar de cajas y navegar por el mar. Presuponemos que esos son los sentimientos que embargan a su líder de cuyo trabajo actual no parece estar muy contento y al que le aseguramos no debe preocuparse. Con canciones de ese calibre y directos con esa fuerza escapará raudo de su particular prisión y andará rápidamente y junto a sus colegas de viaje ese tortuoso y difícil camino hecho a base de baldosas amarillas hasta llegar a su particular Oz, donde las salas están llenas, los productores te pagan discos y, en fin, los sueños se hacen realidad.
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jueves, 29 de noviembre de 2012

Golpe, en efecto

Es, en efecto, un auténtico golpe el que se siente al comprobar que Clint Eastwood ha faltado a la palabra que diera hace bien poco cuando aseguraba que "Gran Torino" supondría el fin a su trayectoria como actor, cerrando de manera sobresaliente e inmejorable una carrera mítica. Un vaquero del siglo XXI, enfrentándose a “los forasteros” del siglo XXI, en un “saloon” del siglo XXI. Y en lugar de matando, muriendo. Y venciendo. ¿Mejor final para el Eastwood actor? Imposible. Entonces…¿por qué volver al ruedo?. ¿Por qué lanzarse al barro para compartir cartel con Justin Timberlake?. Por lo visto, el inmortal californiano no sólo es un buen actor y un insuperable director; también sabe ser un gran amigo.

Clint Eastwood interpreta, una vez más, al viejo gruñón, solitario y con un recuerdo tormentoso que hoy por hoy parece inservible cuando en sus buenos años fue un auténtico crack en lo suyo: Matar ("Sin perdón"), robar ("Poder absoluto"), destapar noticias ("Ejecución inminente"), coger a los malos ("Deuda de sangre")… Esta vez su talento es (o era) el de fichar jugadores de béisbol. La “última oportunidad” para el ojeador Gus Lobel se convierte en un viaje (físico y espiritual, ya se sabe) con otros dos compañeros predestinados a encontrarse a sí mismos y de paso entre ellos: su atareada y hermosa hija Mickey (Amy Adams), y la expromesa del béisbol y ahora ojeador Johny Flanagan (Justin Timberlake). Siempre con el béisbol y su particular microcosmos como fondo, los protagonistas irán limando rencillas pasadas, encontrarán su posición en el campo de juego de la vida y demostrarán que son los mejores en lo suyo, retratando de paso a la gente mala que contamina el hermoso y auténtico mundo de este deporte.

Sin ninguna duda, el equipo de actores es lo más notable de la cinta de Robert Lorenz, que se ha rodeado muy bien para realizar su primera película como director y después de una larga carrera como mano derecha –ayudante de dirección y productor- de Clint Eastwood. Desde estos cargos ha firmado grandes obras como “Million dollar baby”, “Mistic River” o “Los puentes de Madison” y es por eso que Eastwood ha querido devolverle el favor con su retorno ante la cámara, que es por descontado lo mejor de “Golpe de efecto”.

"Golpe de efecto" es una película genuinamente americana. Y ya no solo porque gire entorno a un deporte tan desconocido aquí como venerado allí. Estamos hablando de moteles de carretera, barras de bar, partidas de billar, música country… todos esos ingredientes que tantas y tantas veces hemos visto en las películas de Eastwood pero que no por ello convierten la cinta en “una de Eastwood”. La historia en sí es tan predecible que el resto de minutos se convierten en una amalgama de situaciones supuestamente entrañables y en conjunto de secuencias de relleno que si bien no aburren del todo desde luego tampoco emocionan, y que la transforman en algo más cercano al telefilm de sobremesa que a una obra digna de comprar en DVD. Los diálogos de Eastwood (tal vez algunos sugeridos por él, como aquel en el que venera a su idolatrado James Cagney) son los únicos que despiertan a un 100% béisbol como pudiera serlo "Moneyball", sino que los strikes y los homeruns son sólo “el campo de juego” en el que tiene lugar un partido que hemos visto una y mil veces.



Sin duda Robert Lorenz demuestra tener tablas en la materia y "Golpe de efecto" contiene todos los ingredientes que debe tener una película clásica. Pero no irá más allá de ser la clásica película. Bien intencionada, algo larga, algo lenta, con sus buenos momentos y con un par de estrellas. Más o menos lo que para muchos viene a ser el béisbol. Tal vez "Golpe de efecto será recordada". Pero en ese caso será por haber sido, quién sabe, la última del Eastwood actor. Y eso sí que es un golpe. Bajo.

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martes, 9 de octubre de 2012

Juegan!

                                                                                                             Para que conste...

Estuve este fin de semana en Los picos de Europa,           
llevado por el amor a la montaña y acompañado de otros 9 familiares, con el objetivo de coronar Los horcados Rojos. 2.506 metros de altura. Un paseo, una nadería, para cualquier buen montañero que se precie. Pues bien, las pasé putas, como quien dice. Y pensé entonces, en los momentos críticos de aquel simple “paseo”, en las palabras que taladraban una y otra vez la mente de aquel hombre llamado Nando Parrado: “un paso más. Sólo un paso más”. Así conseguí mi propósito y así lo hicieron también los 16 supervivientes de la tragedia de los Andes, de la que esta semana se cumplen 40 años. Y aquello no fue un paseo.                                                                                        


Lugar del accidente, cerca del Tinguiririca.
El 13 de Octubre de 1972 el vuelo 572 que volaba en   dirección a Chile transportando en él a 45 personas, la mayoría de ellas pertenecientes al equipo de Rugby Old Christians, se estrelló en plena cordillera de Los Andes. 17 murieron en el accidente y el resto protagonizó una de las historias de supervivencia más estremecedoras y emocionantes que se hayan conocido. Cuando oímos hablar de ello la mayoría pensamos instantáneamente en la archiconocida película “Viven”. Y otros, menos, recordamos el polémico y fascinante bestseller mundial de Piers Paul Read en el que está basada la solvente pero edulcorada cinta de Frank Marshall.

                                    "Viven", la película, 1993

No obstante esta semana, la de la efeméride, yo quisiera recomendar la lectura y proyección de otro pack, formado por el libro escrito por el mismísimo Nando Parrado, “Milagro en Los Andes” y por el documental “Viven, el accidente de Los Andes 1972”, que podemos encontrar con facilidad en youtube.

Nando Parrado y  su "Milagro en Los Andes"
 “Milagro en Los Andes” es, como “La ciudad de la alegría” o “Archipiélago Gulag” uno de esos libros que te cambian la vida. Con una narración en primera persona, Nando Parrado rehuye de toda novelización de aquella odisea para contar simple y llanamente lo que él recuerda de esos 72 días, lo que pensaba en cada momento y como y por qué hizo lo que hizo. Y a medida que pasamos la páginas vamos guardando en nuestra mente algunas frases de Parrado que nunca olvidaremos, que retratan la vida como “un juego al que la muerte te deja jugar por un rato” y que ahondan incluso en cuestiones religiosas y morales que nos agitan y estremecen, mientras nos enseña de paso lo que es el frío, el hambre o el cansancio todo ello sobre la emocionante aventura en sí que supuso el accidente, la supervivencia y la huida hacia la libertad, hacia la vida. Porque Nando Parrado estuvo muerto, así lo repite él una y otra vez. Pero quiso averiguar cuando y donde moriría, por lo que decidió dar un paso, y luego otro. Y la muerte le dejó seguir jugando.
                                                                    Parrado, Catalán y Canessa

Junto a Nando, otros 15 supervivientes que cuentan ante la cámara sus propias experiencias en el sobresaliente documental “Viven, el accidente de los Andes 1972”. Una dramatización de los hechos narrados por Canessa, Tintín, Harley y compañía que pone los puntos sobre las íes, matiza muchas de las cosas que se dijeron y demuestra la inquebrantable piña que formó desde entonces aquel equipo, defendiendo frente a las obras de Read y Marshall las vilipendiadas figuras de Harley o Marcelo, el fallecido capitán, y convenciendo a cualquiera de que quien no vivió aquello no es quien para opinar.                            

Disfrutar de este pack es también descubrir las dos caras de una misma historia, pues los puntos de vista expuestos por Parrado en su libro son a veces diferentes de los que sus propios compañeros. Así, mientras Parrado defiende su loca idea de echar andar para “poder decirle a mi padre que estaba vivo”, Roberto Canessa, su más fiel compañero aquellos días, relata ante la cámara con total contundencia y credibilidad como la razón de la huida de Nando se debía en verdad a la cercanía del día en que tuviera que alimentarse de los cuerpos de su madre y su hermana...


Una historia, sobre papel y ante la cámara, que merece ser recordada por siempre, y no solo esta semana. Porque hablar de Parrado, Canessa y los demás es hacerlo de la inquebrantable fuerza del ser humano, de todas las cosas buenas que merecen la pena y sobre todo del amor por la vida, ese difícil, inexplicable y maravilloso juego.



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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Con M de Mítica


Hablamos en el último post de las posibilidades existentes para los amantes del cine que no supongan necesariamente el elevado coste que trae consigo la subida del IVA, y mencionamos la interesante y barata oferta de la Filmoteca Nacional. Sin ir más lejos, solo este mes de Septiembre y por menos de 3 euros la película, podremos disfrutar de “Amarcord”, “El Mago deOz”, “La noche del cazador”, “Que verde era mi valle”...todas ellas fijas en la innumerables listas sobre las mejores cintas de la historia y todas ellas muy recomendables. Pero hay una que se me antoja aún más imprescindible, aunque sólo sea porque no es fácil conseguirla en DVD ni mucho menos verla en televisión, y que trata un tema tan tristemente candente estos días como es el secuestro y asesinato de niños. Estamos hablando de “M, el vampiro de Düsseldorf”.


Rodada en 1931, "M" bien podría ser una película moderna. Su argumento y su guión son pioneros en el género del thriller de asesinos en serie, pero es su atrevido e ingenioso montaje lo que la convierte en una cinta adelantada a su tiempo, logrando encogernos el corazón sin necesidad alguna mostrar vísceras o cuchillos rasgando, único recurso con el que cuentan ya miles de directores para lograr impactar al espectador. El silbido de una melodía, un primer plano de un globo, de un plato vacío, de un reloj...y Fritz Lang te ha helado la sangre enseñándote de paso en que consiste el Cine.

Fritz Lang

Es difícil decir si se trata de la mejor película de este mítico director. Se trata del hombre que sentó las bases del expresionismo alemán –"Doctor Mabuse"- y la ciencia ficción en el séptimo arte –"Metrópolis"- o el autor de varias de las mejores cintas de cine negro –"Los sobornados", "Perversidad", "La mujer del cuadro"-. Uno de los muchos directores europeos a los que Los Estados Unidos deben tanto, capaz de decir “no” a la dirección de los estudios cinematográficos nazis y de criticar –precisamente con "M"- a una sociedad en crisis de identidad como era la alemana de los años 20 y que acabó derivando en lo que ya todos sabemos.







“M” supone también la primera de las muchas y brillantes actuaciones de Peter Lorre encarnando a un personaje imposible de olvidar, verdugo y víctima, lobo y cordero de una historia cuya esencia y moraleja tienen lugar en la atenazadora y sofocante secuencia final que da mucho que pensar y que podremos disfrutar este Viernes y Sábado en el Cine Doré de Madrid a las 22.30 y 20:00 respectivamente. 


“M”, Fritz Lang, Peter Lorre, pantalla grande. Por algo así sí que paga uno diez euros. Y sólo serán 2. Me sobran otros 8 para ver las otras 4 y echar por tierra mis planes de ahorro. “No puedo evitarlo”, que diría el vampiro.




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jueves, 6 de septiembre de 2012

Always look on the bright...


Se acaba el verano, vuelvo a Madrid, y empiezo una nueva e incierta temporada con tres noticias cinematográficas que me aturden y entristecen a cada cual más. La primera, la trágica muerte del infravalorado Tony Scott, de la que me enteré tarde y del cuál ya hablamos en este blog todo lo bien que se merecía. Scott fue en verdad un pionero, uno de los grandes pilares del conocido como "cine ochentero", que no "de los 80". Sus innovadores recursos técnicos son parte de la historia del cine y varias de sus películas forman parte del
imaginario de toda una generación. Sí, siempre fue "el hermano de". Pero también el autor de “Top gun”. Recordémosle por eso. 

En segundo lugar, el cierre inesperado de los Cine Lido, sin lugar a dudas el conjunto de salas donde más películas he visto a lo largo de mi vida, y que, tras el adiós de los Cristal, deja irremediablemente huérfano de cines a la calle Bravo Murillo. Un golpe duro, pues los Lido tienen –tuvieron- mucho que ver con el amor que le profeso a este arte.
Mucho tendrá que ver el cierre del Lido con la tercera trágica noticia, que no es otra que la violenta subida del precio del cine, a todas luces una faena, un desastre, una gran putada que no hay por donde coger. Pero como esta nueva temporada me he propuesto, por la cuenta que me trae, ser más optimista y tratar de ver siempre el lado bueno de las cosas, he realizado un concienzudo trabajo mental para extraer conclusiones positivas de esta subida de precios. Y en verdad las hay.


                                          Hasta siempre, Lido. Y gracias!

Para empezar, iremos menos al cine y gastaremos menos. Eso no significa que veremos menos cine. Si lo que nos gusta es el cine, y no los estrenos, ni las palomitas ni todo lo que rodea a esta industria, sino el Cine en sí, podremos tirar de todas las películas que tenemos en casa, de las que “aún” se pueden bajar por internet o de las que echan por la tele sin necesidad de pagar casi 10 euros. Quiere esto decirse que seguiremos viendo cine a la vez que ahorraremos, que no es tontería en estos días.

Por supuesto, no es lo mismo una peli en casa que una en una sala. Pero buscaremos para ello otras alternativas más baratas y tan buenas o mejores a las que acostumbramos. Sin ir más lejos, este mes de Septiembre la cartelera de la Filmoteca Nacional está repleta de grandísimas películas, imprescindibles muchas de ellas para cualquier verdadero amante del séptimo arte. En versión original y en pantalla grande. ¿Precio? 2 euros. Y encima aprenderemos idiomas.  


Al ir menos al cine, además, seleccionaremos cuidadosamente lo que vemos y donde invertimos el dinero. Ya no nos meteremos en cualquier sala con tal de pasar el rato, sino que seremos escrupulosos a la hora de elegir, desechando toda obra de la que no estemos totalmente convencidos de su calidad. No más comedias románticas de pasatiempo ni thrillers de acción de “ver y olvidar”. Sólo visionaremos pelis buenas. O eso intentaremos.
"¿Sale Pitt? Yo no me la pierdo"


Irá menos gente al cine. Eso suena mal, pero...¿quién no ha deseado eso alguna vez?. ¿Quién no prefiere no tener al cabezón de turno delante o al ruidoso de rigor al lado?. Además, y esto es lo más importante, irán a ver la película los que “de verdad” quieran ver la película. Adiós a los gañanes que van a la sala a tirarse palomitas, a hacer risitas o cosas peores –o mejores- y a aquellos que entran a ver “El árbol de la vida” porque sale Brad Pitt en el cartel. Todos ellos pensarán que hay cosas mejores que hacer con sus 10 euros y todos, ellos y nosotros, lo agradeceremos. Por fin, mucho tiempo después, al cine se irá a ver Cine.


                                                                                           
Por supuesto, y siendo serios, pensamos que no es bueno que las salas estén vacías pues eso daña al séptimo arte. O tal vez no. Tal vez, siendo igual de serios, lo que necesita el Cine es que la gente no vaya al cine. Tal vez eso obligue a la industria a ponerse las pilas, a dejar de hacer bazofias de usar y tirar y a gastar su dinero en obras que de verdad merezcan los 10 euros que habremos de pagar por verlas. Quizás esta subida de precios haga subir también la calidad de las películas. O quizás todo esto que escribo no tiene ningún sentido y la subida del precio del cine es, se mire por donde se mire, una mala noticia. Tan sólo pretendía, como los Monty Python, ver el lado bueno de algunas cosas. Porque lo de Tony Scott no hay por donde cogerlo. 


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viernes, 18 de mayo de 2012

Recomendaciones varias para un verano que suena bien



Este post de recomendaciones en el que hablaremos un poco de cine y un poco más de música salió de mi cabeza en el día de ayer, una jornada de “cultureta” que arrancó en la exposición del World press Photo 2012 y terminó frente a mi televisor, viendo por enésima vez “Cantando bajo la lluvia”. Y entre ambos momentos, un regalo a mis oídos tan inolvidable como imposible de callar.

La foto ganadora, de un español
Mi objetivo tras la imponente y shockeadora exposición de fotos que tiene lugar en el centro cultural de Moncloa –primera recomendación- era el de aprovechar la interesante promoción cinéfila que estos días anuncia FNAC, consistente en un cupón de 6 euros de descuento para películas por cualquier cinta que tú no quieras y les lleves –segunda-. Es por eso que paseaba por Gran Vía con mis 14 películas repetidas y por tanto desechables, 7 en una mano y 7 en otra y sin destacar mucho esta rareza entre la jungla de frikis que es la famosa calle madrileña.

Paré de camino en el Café 40, donde en menos de una hora iba a tener lugar un concierto básico de Keane, ni más ni menos, y para el que no tenía entradas. Pregunté por ellas, busque un reventa, hablé con este y el otro. Y así hasta que el otro me dijo que me pasara a las 7 y que, si el aforo no estaba lleno, tal vez se podría hacer algo.

Pasé una hora en el Fnac, conseguí mis cupones y gasté tres de ellos en "Metrópolis" y en “la saga Manon”, -"El manantial de las colinas" y "La venganza de Manon"- dos joyas del cine francés donde las interpretaciones de Yves Montand y Gerárd Depardieu están casi a la altura de la belleza de Emmanuelle Beart. Y ya van tres recomendaciones.



la saga de Manon. Imprescindible


De vuelta al Café 40, cogí por banda al otro y volví a insistir. “¿Cuántos sois?”. Solo 2! “os lo habeis ganado, por insistentes”...y de pronto allí estaba, en el concierto de Keane, a escasos 7 metros de Tom Chaplin, gozando de "Bend and Break" y "Somewhere only we know". Y todo ello totalmente gratis. Increíble, no?.
                                 

Pues bien, con Keane arrancan 2 meses de conciertos que no resultan tan baratos pero que desde luego merecen la pena.

No me ha salido gratis ni mucho menos mi asiento en la grada del Calderón para ver y oir este Domingo a Coldplay, pero me doy con un canto en los dientes teniendo en cuenta que anteayer ni siquiera tenía entradas. Mi cuarta recomendación es tengoentradas.com, una web con nombre de foro para calvos donde conseguir in extremis ese billete al Paradise que a otro le sobra. Un poco más caro, sí. Pero con que toquen Yellow será una buena inversión.


El 30 de Junio, en Las ventas, será el turno para Juan Luis Guerra que con la excusa del nuevo disco nos hará olvidar El costo de la vida para invertir lo que haga falta en bailar la Bilirrubina. Tras su último concierto en un palacio de los deportes inundado por los colores de las banderas de sudamerica, mi recomendación es clara; No perderse nunca a este mítico barbudo.


El plato fuerte se servirá en Bilbao y hay que empeñar cuatro días en comérselo. El festival BBK verá pasar desde el 11 al 14 de Julio a Bob Dylan, The cure –de moda estos días gracias al cada vez más insufrible Sean Penn-, Garbache, Keane, Vetusta Morla y sobre todo, sobre todo, Radiohead. Tal vez, no es descartable, a Tom Yorke y compañía les de por desvariar y olvidarse de las canciones que les convirtieron en lo que son, dejando a sus seguidores menos expertos con la miel en los labios. En ese caso no estará todo perdido, pues Vetusta morla va a continuación. Y estos, en directo, sí que merecen la pena.

                                              Radiohead. Coleccionistas de obras maestras

Un servidor terminará su gira veraniega el 21 de Julio en Ávila. Allí estarán Los secretos, a los que llamo los Queen españoles pues fueron los mejores y ahora viven de las rentas sin su desaparecido líder. Y allí estará uno de los músicos más importantes e infravalorados de la historia de la música: Brian Wilson ha vuelto. Ahora sí que son The Beach Boys. Habrá que ver si suenan igual 50 años después de ser el único grupo en hacer sombra a The Beatles. Seguro que sus falsetes y coros ya no son lo mismo, pero poco importará cuando Wilson ponga sus manos en el teclado y nuestro cerebro reaccione diciendo “I can hear music...”. Después de todo, de eso se trata.





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miércoles, 25 de abril de 2012

CAZADOR BLANCO, CADERA ROTA

En estos convulsos días en los que dos disparos, reales, han focalizado todo el interés de los medios y las bromas y chistes al respecto han inundado las redes sociales, el nuevo y magnífico canal de tdt Paramount Channel ha querido sumarse a la fiesta con la más que sintomática emisión y a modo de guiño malévolo de “Cazador blanco, corazón negro”. 


Si lo que quería Paramount en estos sus primeros días era llamar la atención con una película sobre safaris o sobre caza que despertara la curiosidad o el morbo del público español bien podría haber optado por "Hatari!," del polifacético e infravalorado Howard Hawks, rodada en África y cargada de peligrosas, sorprendentes y muy reales escenas de caza –y no como ahora- y donde de hecho los elefantes cobran un protagonismo especial convirtiéndose en divertidos compañeros de aventura. Sí, con "Hatari!" hubiera bastado.

O con “La reina de África”, filmada también en el continente negro, dirigida por John Houston y convertida en mito no sólo por su calidad o sus inolvidables personajes, sino por la historia que encerró su caótico rodaje y que fue recogida por su guionista Peter Viertel en un libro llamado, precisamente, “Cazador blanco, corazón negro”.

                                                                           "Hatarí!" y sus simpáticos elefantes

Este libro fue a su vez tomado por Clint Eastwood que, fascinado con la figura del polémico director, decidió convertir en película lo que fue en sí el rodaje de “La reina de África”. Y el resultado, “Cazador blanco, corazón negro” fue la elección ayer de Paramount Channel entre todas las posibilidades que se le ofrecían para tratar el tema “safari-caza”. ¿Por qué?


John Wilson –John Huston, Clint Eastwood- es un afamado e intocable director. Sus grandes obras del pasado le avalan ante el gran público. No sigue las normas establecidas, no respeta a los que le rodean y “a pesar de ello”, dice la voz en off, “tiene la mágica y casi divina habilidad de salir siempre airoso...”.
Wilson decide viajar a África con el pretexto de rodar su nueva película. La productora, alarmada, trata de convencerle que no es necesario irse tan lejos, pues no puede permitirse los gastos que ello supondría. “¿Quién pagará esto?” le pregunta su guionista. “Por eso no te preocupes...”. A Wilson no le preocupan las cuentas de una productora que le mantiene y que lucha como puede por sacar adelante sus números. Él sólo quiere correr aventuras, pasarlo en grande, escapar de su rutina y sus deberes...y sobre todo, sobre todo, cazar un elefante. 
Y a eso se dedica en África mientras desquicia a su equipo de trabajo y a pesar de las permanentes llamadas que llegan desde casa recomendándole encarecidamente que se centre, que no siga por ese camino, que no desparrame y que haga lo suyo: Reinar, digo, rodar.

                                              Wilson, Houston, Eastwood, con "su" elefante

Y entonces, el accidente. Un trágico desenlace que da al traste con la caza del elefante, que despierta a Wilson de su obsesión y que convierte el viaje en un escándalo y una cagada.
Wilson termina abatido. No se le rompe la cadera pero sí su negro corazón. Y desde su trono de director, con ojos llorosos y voz cansada termina por decir lo que todos estaban esperando: “Lo siento. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”. Pero lo hace con una sola palabra: “Acción”.

Sin duda Paramount Channel sabía que con "Hatari!" el impacto no sería el mismo. ¿O ha sido todo mera coincidencia?. Sea como fuere, es indudable que las semejanzas son muchas. Lo que ahora está por ver es que nuestro director sea capaz, a modo de disculpa, de rodar “La reina de África”.



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miércoles, 21 de marzo de 2012

San José en familia

Cuando desperté el día de mi Santo imaginé un sinfín de posibilidades que podría depararme el día. Era festivo, mis hermanos estaban en casa y yo no tenía otra cosa que hacer que disfrutar del 19 de Marzo. Probablemente, pensé, pasaría los primeros minutos, u horas, tirado en la cama y continuando con la lectura de “El siglo XX en pantalla”. ¿Por qué no? Una manera tan buena como cualquiera de disfrutar..
Lo que en ese momento no hubiera podido imaginar es que tres horas después mi libro estaría roto, y yo a su lado en una gasolinera de la otra punta de la ciudad, cagao de frío, bañado en gasolina y apestando a tal, engañando a un polaco y con una pelota de 
fútbol de un metro y medio de diámetro.


11:00 de la mañana: Antonio y Paco entran en mi cuarto al grito de “¡tú, gilipollas, vístete que nos vamos!”. Ni un “Felicidades”, ni un “Buenos días”. Sólo un violento eufemismo de “Necesitamos tu ayuda”.


20:35 del día anterior, gasolinera de Arturo Soria: Antonio pone sin plomo a un coche Diesel. Sólo caerá en la cuenta una vez llegue a su destino. La casa de Nando. Ubicación aproximada de la misma: donde Cristo perdió la zapatilla. 


11:01. El plan es el siguiente: Conseguir una goma de esas huecas por dentro; un tubo, vamos. Ir los tres en el Peugeot a casa de Nando. Vaciar el depósito de la pera (conocido así por su forma, su color y su reprís); Ir a una gasolinera, llenar dos bidones de Diesel, volver a la pera, llenar la pera de Diesel. Irnos a comer. Coser y cantar. Puedo elegir quedarme en casa, pero entonces me quedo sin coche. ¿y el rojo? En la finca. ¿Y el negro? En Huesca. ¿Y el gris? Pinchado. ¿Y la pera? Ah, vale...

11:15 meto en el coche mi preciado libro. ¿quién sabe? Quizás vaciar el depósito lleve su tiempo y yo, que soy el más listo, tendré mi libro a mano..”. En el maletero, dos bidones. Podemos irnos




11:20. primera parada. Los chinos de al lado del Vips. Paco y Antonio entran a por el típico y tan fácil de encontrar tubo de goma. Yo espero en segunda fila.

11:25. De la tienda de chinos veo salir lo que parece ser un balón de fútbol de proporciones bíblicas. Un balón enorme, colosal...tras él van Antonio y Paco, como niños con caramelo. Mola. Pero aún hay más. Paco lleva en la mano una manguera de ducha. Sin alcachofa.

                                              

11:27 la imagen es kafkiana. El balón lo ocupa todo, es el pasajero más grande que he llevado jamás. A su lado Paco y su manguera se colocan como pueden en el poco hueco que les cede la pelota...Antonio va encajado en el asento de alante porque si no la pelota no cabe... Y así habremos de hacernos todo Madrid.

11:50 Llegamos a casa de Nando. Ahí está la pera, tan inamovible como la dejó ayer Antonio. “José, tú vete a llenar los bidones. De Diesel!!. Nosotros vaciamos el depósito”.
12:00 Llego a la gasolinera. Sabía que San José daba mucho de sí, pero desconocía que el plan favorito de la gente en este día fuera ir a la gasolinera. Más cola que en el Dragon Khan. Y encima surtidor prepago. La espera será larga..

12:10 Por fin me toca. La manguera no va. Prepago. Entro dentro, hago la cola...”quería llenar dos bidones, no se cuanto será..” “Pues llénalos, la manguera está abierta..”

12:05 meto la manguera eh el bidón. Aprieto con fuerza, a ver si es verdad que está abierta. Chorrazo de Diesel, salpica, me empapo, derramo. Estropicio y desperdicio. Lleno despacio los putos bidones. El de atrás se desespera. Me pita, se acuerda de mi padre precisamente en su día. Y a buen seguro se pregunta cuanto coño medirá ese balón que llevo en el coche...
Cierro los bidones..espera. No cierra. Este bidón no cierra. Lo tapo malamente y lo cubro con 3 kilos de papel. Los meto en el maletero.

12.15. Salgo hacia casa de Nando. Rotonda. “Blonk”. Eso sólo puede significar una cosa. Paro, abro el maletero. Ya sólo me queda bidón y medio, el resto está esparcido por mi maletero. Mi coche es sin Plomo pero apesta a Diesel. Lo limpio mal que bien, pongo los bidones adelante. Conduzco y cambio con la izquierda y sostengo el bidón con la derecha. La super pelota debe estar flipando conmigo.

12:25 Estoy llegando a casa de Nando. Me van a matar por tardón. Pero espera, ¿que es eso? Enfrente mía y en sentido contrario veo a la pera rodando. Paco está dentro. Antonio va corriendo detrás, por mitad de la calle...y más a lo lejos Nando. ¿Ya está, arreglado? ¿Y entonces que hace Antonio corriendo?, ¿Entrenar?.





12.26 Nando me lo explica: “No hemos sacado ni una gota con la puta manguera de ducha. Nos hemos puesto a empujar y Paco va conduciendo la pera por inercia hasta llegar a la gasolinera. Allí pediremos una goma y llenaremos tus bidones”. “Pero los bidones los tengo yo..” “Pues venga, vamos a la gasolinera. ¡Joder, este coche apesta a gasolina, tú!”.

12:40 El tio del balón gigante en el Peugeot azul ha vuelto a la gasolinera. Está aparcado junto a una pera con ruedas que lleva una manguera de ducha colgada del depósito. A su alrededor, 4 tios.
Entramos en la gasolinera, hacemos la cola del Dragon Khan. De pronto un fuerte olor a pedo inunda la estancia. “Como huele a pedo”, constata Antonio. “sí”, replica el dependiente, que se gira a su compañero de barra y le pregunta: “oye, se te ha caído algo??”. La respuesta del colega es un guiño de ojo, seguido de un jocoso “sá..."

12:45 Antonio sale oliendo a pedo pero sin tubo de goma. Estamos jodidos. El pedorro nos ha dicho que habrá tubos en la otra gasolinera. “está ahí arriba”, dice Nando. Antonio, la pelota gigante y yo nos vamos a la otra gasolinera..

12:55 Donde coño está la puta gasolinera esta. Antonio: ¿por qué no ha venido Nando, si Nando sabe donde está?. Volvamos a por él. Joder José, como apesta este coche a gasolina..” 

13:05 Nando: “no, no sé donde está. Se que está por ahí arriba...”

13:10 Nueva expedición. Esta vez a la super pelota y a mí nos acompaña Paco. Entramos en la calle más larga que jamás he recorrido; Herrera Oria. En ella está la gasolinera. Pero...¿donde?

13:25 Damos con la gasolinera. Está tan llena o más que la otra. Entra Paco. Yo me quedo con la pelota.

13:30 Sale Paco. No lleva ni duchas ni pelotas en las manos. Viaje en balde. Puta madre.


13:35 Paco y yo entramos en otro chino. No hay tubos de goma. Pero si una bomba de hinchar balones. Paco no piensa en hinchar aún más la super-pelota, sino en todos los capítulos de Mac Giver, National Geographic y Cosmos que se ha tragado en su vida. Tiene un invento en la cabeza, y nada puede pararle ya. Así que compra la bomba hincha-balones. Un eulo. También coge un pulverizador, un fus-fús. Pa que? Mejor no preguntar...




13.50 De nuevo los cinco en la gasolinera central. Estamos igual que hace dos horas, sólo que yo tengo menos gasolina en mi coche que al arrancar el día...bueno, en realidad tengo muchísima más, (por el maletero, por el asiento de copiloto, por mi ropa..) pero no dentro del depósito que es lo que cuenta.


Paco prueba en la pera la bomba de hinchar balones. Al primer movimiento se rompe. Un eulo a la mielda. Nando no para de mofarse de los Núñez, y empieza a idear una serie sobre nuestras vidas para la MTV 



13.55 Es el momento de volver a succionar. Antonio mete la ducha en el depósito. Y chupa.


13:56 Antonio está vomitando gasolina, escupiendo y cagándose en la puta. Pero sigue sin funcionar. Paco decide intentarlo


13:57 Antonio y Paco están vomitando gasolina, escupiendo y cagándose en la puta. Mierda, me toca a mí... Nando goza del momento. Es mi Santo, tengo frío, apesto a gasolina y voy a meterme una manguera de ducha de sin plomo por la boca. ¿cómo he llegado a esto?. 


13:58 Milagrosamente Paco me detiene. Considera que dos hermanos contaminados ya son suficientes. “hagamos otra cosa. Llenemos lo que queda de depósito con los bidones de Diesel. Al tener más Diesel que Sin plomo tal vez el coche arranque...” 

El invento..
14:05 el depósito está hasta los topes de Diesel 95, una combinación explosiva. La pera no arranca ni a tiros. Tan sólo se dedica a soltar un sospechoso y maloliente humo. Yo tengo que ir a cerrar el peugeot que había dejado aireándose porque hay un vagabundo que no deja de merodearlo...tal vez quiera robar el super balón. Que lo intente, a ver si puede sacarlo del coche.. 


14.10 Nueva idea. Metamos agua en el depósito, y después bajemos la manguera para que se invierta el recorrido del agua, y después de la gasolina.

14:12 Milagro. Funciona. Mac Giver y Carl Sagan dieron sus frutos. Somos unos genios. Ahora hay que esperar hay que se vacíe el deposito..

14:30 sólo se ha vaciado una décima parte. Esto es más lento que la pera en sí. Nos entretenemos con la pelota gigante pero la espera es interminable. De todos modos...de que servirá vaciar el depósito? ¿Que haremos después, llenarlo? Tal vez la gasolina ya esté en el motor, y de nada servirá echar Diesel porque seguirá sin arrancar...
decidimos hacer lo que debimos hacer hace 3 horas y media. Llamar a la grua.


14: 31 Seguro: “¿qué le ha pasado al coche?
          Paco: “no sé, se ha parado de repente..”
Es hora de hacer algo bien. Toca mentir como bellacos. Si decimos que hemos echado sin plomo en un Diesel el seguro no cubrirá la grúa! “la grúa estará ahí en 30 minutos..”
Es el tiempo que tenemos para limpiar las pruebas.

14:31-15:10
Paco rocía con agua todo el charco de gasolina que rodea a la pera, pero la mezcla resultante es algo brillante y aún más visible.
Así que movemos la pera lejos del charco. Fingiremos que se ha parado sin más y lo hemos aparcado aquí.
Antonio limpia a conciencia por fuera de la pera todos los restos de gasolina que hemos dejado, y guarda los bidones de gasolina en el maletero.
Yo guardo la super pelota en el Peugeot para que no nos tomen por gilipollas y compro unos bocabits en la gasolinera. Será la acción más sabia de la mañana. Los devoramos.
Nando sigue fantaseando y ya ve en esta aventura una película de Oscar.



                                                     pasando el rato tras limpiar las huellas

15:10 Llega el tipo de la grúa. Es Polaco. Miradas furtivas, silencio constante.
-que es lo que le ha pasado??
-Pues nada, que se ha parado de repente...
-Voy a subirlo a la grúa. Teneis el gancho para agarrarlo a la grúa??
-eh, pues...no sé....
-Suele estar en el maletero
El polaco abre el maletero. Dos preciosos bidones llenos de Diesel 95 le dan la bienvenida.
El polaco sigue mosca. Y suelta la pregunta
-¿cuándo fue la última vez que llenasteis el depósito??
Se escuchan un par de grillos. Al fin Antonio responde;
-El....depósito???
-Sí –el polaco le mira como diciendo “no sabes lo que es un depósito o es que estás haciendo tiempo??”-
-Esto...ayer. ¿no, Paco?? Ayer, no??
-Sí, sí, ayer...

El polaco guarda silencio. Va al depósito. Lo abre. Está empapado de gasofa. Antonio no podría matar a nadie porque el CSI le pillaría a la primera. Limpió el depósito por fuera, pero no por dentro. Para hacer más sangre el polaco huele la tapa. En efecto, apesta a gasolina casi tanto como mi coche. El marrón es de escándalo. La humillación indescriptible, el ridículo es máximo. Así que nos descojonamos.
El polaco se sube a la grúa y Paco le acompaña hasta el taller. Será un viaje largo y silencioso, tan sólo interrumpido por una única pregunta del polaco: “así que lo llenasteis ayer...pero de gasolina, verdad??”. Paco niega la mayor. Muere matando.




16:00 Paco nos espera en el taller. Somos 5 en el Peugeot (hemos recogido a Mabel) mas la super pelota y mi querido libro, que aparece roto debajo de esta. Tenemos mucha hambre y hemos de decantarnos entre un chino y un italiano. Ya hemos visto demasiados chinos, así que vamos al pasta nostra.
“¿Y qué te han dicho en el taller?” Qué le van a decir, si está cerrado. Porque lo habremos olvidado, pero hoy es San José... 



          Antonio, Paco, una confundida Mabel, Nando, la superpelota y el libro. Fin de trayecto. A comer


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