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martes, 17 de mayo de 2011

Desmontando a Woody

Midnight in Paris ****

Toda buena obra artística que se precie no sólo necesita de la genialidad de su autor, sino también de buenas dosis de esfuerzo, de concentración, de trabajo duro. Cualidades estas que requieren tiempo. No basta con que el genio se plante delante del marco, del papel en blanco o de la cámara y de dos brochazos, líneas o travellings cree sin más lo que de manera tan gratuita valoramos en nuestros días como “obra maestra”.


Quiero decir con esto que si Woody Allen llevaba años sin deleitarnos con una película del nivel que su nombre conlleva es en buena medida por esa enfermiza obsesión que tiene (una más) por no dejar de trabajar. Como sucede con Clint Eastwood, el hecho de que Woody Allen haga una película al año ha de llevar a la fuerza a resultados más pobres de lo que su público le “exige”. No puede pretender, ni siquiera un genio, hacer una genialidad al año. Menos aún alguien como Woody Allen, y me explico: él mismo expresaba en el libro, "Woody por Allen" de Stig Bjorkman que su papel en el mundo de la dirección nunca ha dejado de ser el de “invitado” pues, como Billy Wilder, se considera sobre todo escritor. Confiesa a continuación que muchos de los logros que cosechó en su día como director puramente técnico se los debe en gran medida a hombres como Carlo di Palma o Gordon Willis (al que también debe lo suyo Coppola, pero esa ya es otra historia) y que, si dividiéramos el Cine entre los que hacen prosa y los que hacen poesía él no sería más que un simple hacedor de lo primero, reservando el lujo de la rima con sentimiento a hombres como Bergman o Fellini.

                              Woody Allen y Gordon Willis, una pareja muy bien avenida


Indudablemente se pasa de modesto, pues películas como "Manhattan", "Annie Hall" o "Maridos y mujeres", (con la que se adelanta 3 años al movimiento Dogma) así como sus cintas más profundas, olvidadas muchas de ellas por carecer de comedia y dignas herederas de su adorado Bergman ("Septiembre", "Otra mujer", "Interiores") demuestran que el neoyorkino sabe hacer algo más que escribir. Y que si se pone puede ser el mejor de los “poetas”.

Pero sí, su fuerte es el contenido, y la comedia el género donde mejor se mueve (Un buen ejemplo de esto es "Sueños de un seductor" que, siendo su película más desternillante...resulta no estar dirigida por él). Y hete aquí que de un tiempo a esta parte estos guiones flojeaban, llegándose incluso a repetir los argumentos. La historia más recordada de "Todos dicen I love you" ya la habíamos visto en “Otra mujer”, "Macht Point" toma su trama de "Delitos y faltas", y "Scoop" recuerda a "Alice" por mencionar tres ejemplos de los muchos que hay.


                         "Sueños de un seductor", ¿su mejor guión de comedia?

                                                              Owen Wilson no tendrá mejor papel
Sin destripar la película como hiciera el patán corresponsal de El Mundo en Cannes, "Midnight in París" también recuerda irremediablemente a otra de sus mejores obras, pero da un paso más allá, convirtiendo así la idea principal en algo genuino y por ende genial. Sin necesidad de tomarse un descanso de pronto la bombilla de Allen se volvió a encender con fuerza en su cabeza para volver a partir de algo único, alrededor de lo cuál hacer girar una historia fantástica, surrealista, cargada de guiños, dobles sentidos, situaciones hilarantes y diálogos tan cómicos como serios, (mención aparte para el homenaje a “El Ángel exterminador”, de Buñuel) capaces solamente de salir del tecleo incesante y de cuando en cuando mágico, como París, del realizador americano.
Todo ello aderezado por esas bandas sonoras, ese gusto en lo estético y esas conversaciones de arte o filosofía que denotan el enorme poso intelectual de un “poeta” tan modesto y listo que “Sólo sabe que no sabe nada” y que a uno le transportan por momentos a otro mundo, el del Cine, mientras le arrancan de la boca una sonrisa de placer. Y eso es un logro al alcance de pocos por el que uno paga gustoso 7 euros mas palomitas. 



"Midnight in París" no sólo es el mejor canto a esta ciudad desde “Amelié” sino sobre todo y lo que es más importante la confirmación de que Woody Allen quiere volver, en efecto, a su “edad de oro”. Tal vez nunca vuelva a estar a la altura de "Annie Hall", pero nos basta con saber que puede seguir llenando el saco de "Balas sobre Broadway", "Poderosa Afrodita", "Todos dicen I Love you" o "Misterioso Asesinato en Manhattan", algunas de las muchas películas que hacen de Woody Allen uno de esos genios con los que los realizadores del futuro soñarán con poder haber conocido...


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2 comentarios:

  1. Yo, que sin ser una experta en Woody Allen ni en su cine, tengo que decir que sobre todo me ha trasladado a cada uno de los momentos que aparecen en la cinta. Me ha hecho reir y me ha llevado de paseo por París. Doy por rentabilizados mis 7 euros más las palomítas.

    Besos!!

    Arancha (no tengo perfiles, ni cosas de esas que dice la pestaña Comentar como)

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  2. Gracias por tu comentario Arancha! te animo a seguir participando y a recomendar este recién nacido blog a todo el que creas que pueda interesar. un saludo

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